Transportistas y especuladores tiran de la soga
WASHINGTON, (IPS) .- Los grandes
consumidores de combustible de Estados Unidos y
los operadores del mercado energético tratan, por
todos los medios, de seducir al público en su
puja de propuestas para bajar los precios del
petróleo y otros productos básicos.
Por Abid Aslam
Están en debate medidas legislativas para
aplacar la especulación financiera en los
mercados a futuro, en un año signado por la
incertidumbre electoral, la escalada de precios y la caída de la economía.
El precio del petróleo crudo se duplicó el
año pasado y se cuadruplicó desde 2003. El
Congreso legislativo ha realizado 40 sesiones
especiales para deliberar sobre eso. Los
políticos están bajo presión para tomar medidas
antes del receso del verano boreal, que comienza en agosto.
"Debemos actuar ya, porque los consumidores y
la economía resultan muy perjudicados por el
enorme aumento de los combustibles y alimentos",
dijo el senador Joseph Lieberman, ex candidato a
vicepresidente del opositor Partido Demócrata y
hoy independiente cercano al goberante Republicano.
Lieberman y otros legisladores impulsan el
proyecto de ley denominado de Reformas a la
Especulación de Productos Básicos, presentado el 11 de este mes.
Se trata de la última de una larga serie de
iniciativas al respecto, y que en su caso propone
limitar ciertos tipos de inversión a futuro en
Estados Unidos y en el extranjero.
Ese mismo viernes, el precio del petróleo
West Texas Intermediate (el crudo de referencia
en este país) alcanzaba un nuevo récord al
ubicarse en más de 147 dólares por cada barril de 159 litros.
Expertos atribuyeron el alza a las versiones
sobre un posible ataque de Israel a Irán y a las
preocupaciones ante perturbaciones en el
suministro petrolero desde Nigeria y Brasil.
"Pocos dudan que la especulación excesiva
tuvo un efecto en la inflación", dijo Lieberman.
"Nuestro proyecto acaba con eso y ayuda a crear
un mercado más ordenado para las industrias y
productores que manejan materias primas."
Aerolíneas y transportistas –ambos grandes
consumidores de combustible– presionan para que
se ponga coto a la compra de productos a futuro a
manos de inversores institucionales como fondos de pensión y bancos.
En un contrato a futuro típico, un inversor
acuerda comprar o vender cierta cantidad de
petróleo u otro producto básico a cierto precio en una fecha también
acordada.
La Asociación de Transporte Aéreo y la
Asociación de Transporte Carretero de Estados
Unidos lanzaron la semana pasada una campaña en
Internet, centralizada en el sitio
http://StopOilSpeculationNow.com, en la que
apelan directamente al público para que le exijan
al Congreso "actuar ahora para reducir los costos de la energía".
Los responsables de las aerolíneas
escribieron, además, una carta abierta a sus
clientes: "Nuestro país afronta una posible
crisis económica aguda por el encarecimiento de
los combustibles, pero si nos unimos podremos hacer algo para
solucionarlo."
La inflación es responsable, en parte, del
desequilibrio entre la creciente demanda y el
estancamiento de la oferta, admitieron, pero "las
fuerzas naturales del mercado son peligrosamente
amplificadas por una especulación pobremente regulada", afirmaron.
Hace dos décadas, los especuladores
financieros adquirían alrededor de un quinto de
los contratos petroleros a futuro, pero hoy
dominan dos tercios, según los ejecutivos de las aerolíneas.
Los especuladores se venden unos a otros los
contratos tantas veces antes de que el petróleo
sea efectivamente embarcado que elevan el precio
de un barril entre 30 y 60 dólares, afirmaron los gerentes.
"La nación necesita unirse para reformar los
mercados petroleros y resolver este problema que se agrava", agregaron.
Pero Intercontinental Exchange (ICE), una
bolsa de energía creada por Wall Street y
compañías petroleras, advirtió en su sitio en
Internet en http://OilFutureMarketFacts.com: "Si
legislamos a las apuradas, estamos predestinados al fracaso."
Los expertos de ICE recordaron que el
Congreso legislativo prohibió los contratos a
futuro de cebollas, temeroso por la creciente volatilidad de los precios.
"Al quedar libre de la disciplina del
mercado, el precio de la cebolla fluctuó
salvajemente, y aumentó 400 por ciento entre
fines de 2006 y principios de 2007, cayó 98 por
ciento en marzo pasado y volvió a subir 300 por
ciento al mes siguiente", indicaron.
"Sea en el petróleo o en las cebollas, los
mercados a futuro bien regulados crean
estabilidad y predictibilidad al permitir a los
consumidores sortear los riesgos de los precios", añadieron.
El proyecto de Lieberman no prohíbe, como él
recomendaba, prohibir a las instituciones
inversoras participar en el mercado de futuros,
pues el legislador sabía que tal propuesta estaba destinada al fracaso.
La iniciativa, en cambio, limita el monto de
esos contratos y obliga a las instituciones a
emitir informes diarios sobre su actividad en los mercados.
Esta obligación podría extenderse a bolsas
extranjeras y virtuales que toman contratos a
futuro con alguna de sus partes en Estados
Unidos, entre ellas ICE, que tiene plataformas
electrónicas en este país y en Gran Bretaña.
A comienzos de mes, la Agencia Internacional
de Energía, creada en los años 70 por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE, club de los países más ricos),
atribuyó buena parte del encarecimiento del
petróleo a la escasa capacidad de refinación, a
las preocupaciones geopolíticas y a la capacidad ociosa de la industria.
"Los flujos de dinero y la especulación puede
tener cierta influencia en las operaciones del
día a día, pero esas alzas son insostenibles en
el tiempo sin desequilibrios de mercado evidentes", aseguró la agencia.
(FIN/IPS/traen-mj/aa/ks/wd na if nr/08)