La Carnada

Háblale a Dios, pero no lleves como carnada un simple rezo, pues eso…eso no es agradable a Dios.
Por Mariana Curiel
En este mundo tan moribundo muere la esperanza de un gran afán, de que un día seamos iguales, nunca este mundo así lo vera.
Nacen las flores en plenilunio, muere lo vano y la ansiedad y el dinero lo compra todo. Así es la vida, cruel vanidad.
El que nunca ha tenido y desea todo, cae en un mundo de corrupción
Termina loco, termina rico, mata a quien siempre le ha dado amor; al hijo, a la esposa, a la amante, todo lo puede cambiar el, por la riqueza que todo compra, por la avaricia que da el poder.
Y así se une al enemigo, la cruel iglesia de idolatría, la que convierte a los seres vivientes, en almas en pena por esta vida.
Que importa todo, lo que anhela es socavar, a toda raza a todo credo
Y esa es la iglesia, a quien a todos ata, ata las mentes, ata los cuerpos, a obedecer, los sentimientos, siempre a callar, pues culpas PASADAS, tiene presentes para afianzar.
Pueblo querido no seas fanático, ni te arrodilles para implorar. Si tú tienes a Dios para juzgarte, no una sotana para besar. Ve a la montaña y grita a los vientos, y a grito abierto.
Háblale a Dios, pero no lleves como carnada un simple rezo, pues eso…eso no es agradable a Dios.