Mujeres a la pesca
Por Andrew Nette
PHNOM PENH, (IPS) La pesca es considerada
una actividad esencialmente masculina en Camboya.
Pero, ante la disminución de la captura, cada vez
más mujeres se lanzan al agua.
“En realidad, las mujeres han estado
vinculadas con la pesca desde hace tiempo en este
país, incluyendo la captura, el procesamiento y
la preparación”, señaló Mak Sithirith, director
del Equipo de Coalición para la Acción en la
Pesca (FACT), organización que trabaja con las
comunidades del gran lago de Tonle Sap.
“No tengo cifras para sustentarlo, pero estoy
seguro de que cada vez hay más mujeres involucradas”, añadió.
FACT realizó un seminario de un día en Phnom
Penh sobre la participación femenina en el sector pesquero.
“Las mujeres están ante una situación
delicada. Si no pescan con sus esposos, no tienen
suficiente comida porque estos no pueden capturar
solos lo necesario. Pero al dedicarse a esa
actividad, se recargan de trabajo”, explicó.
El papel que desempeñan las mujeres en la
pesca es un reflejo de los cambios más amplios
que ocurren en la sociedad camboyana, en la que
ellas tienen cada vez más participación en
diversos sectores de la economía, formal e informal.
El pescado es un alimento muy importante para
los camboyanos: 75 por ciento de las proteínas
que consumen las obtienen de ese recurso (90 por
ciento en las comunidades pesqueras).
“Mucha gente sigue pensando que es cosa de
hombres y que sólo ellos son capaces de usar las
herramientas necesarias. Pero a medida que
disminuye la captura, cada vez más personas se
dedican a esa actividad”, señaló Tep Chansothea,
investigador del Instituto de Capacitación en
Gestión de Recursos Naturales de la Comunidad.
“Se necesita más esfuerzo para obtener la
misma cantidad de peces. Por ello, las mujeres debieron involucrarse”,
apuntó.
“La captura de los hogares disminuye”, según
Eric Baran, especialista del Centro Mundial para
la Pesca, con sede en Phnom Penh. “No
necesariamente quiere decir que las existencias
del recurso se reduzcan. Sucede que cada vez más
y más personas pescan, por lo cual la cantidad
que obtiene cada una disminuye”, explicó.
También cambia el producto que se extrae. En
vez de peces grandes de mucho valor, se obtienen
ejemplares más pequeños y más sensibles a las variaciones estacionales.
Los especialistas atribuyen a muchos otros
factores la disminución de la pesca familiar,
entre ellos la creciente contaminación.
“Todavía resta por estudiar el posible
cambio de las actividades femeninas en el sector
pesquero. Debe hacerse con urgencia”, remarcó Baran.
En la misma dirección apuntan los resultados
de una investigación, todavía sin publicar, sobre
el estatus de las mujeres en las comunidades
pesqueras en seis provincias de Camboya,
realizada por el Instituto de Capacitación en
Gestión de Recursos Naturales de la Comunidad, el
Centro Mundial para la Pesca y el Ministerio de Agricultura, Pesca y
Bosques.
El estudio concluyó que las mujeres
desempeñan un papel importante en las actividades
y en la gestión de las comunidades, en especial
las que trabajan en ríos y tierras anegadas.
Existen diversas opiniones sobre la intervención femenina.
“Ciertamente es beneficiosa”, sostuvo Yumiko
Kura, coordinadora del programa Mekong, del
Centro Mundial de la Pesca y una de las investigadoras del estudio.
“Las mujeres suelen desempeñarse mejor en la
gestión del dinero, en la difusión de información
y en la realización de actividades de capacitación”, señaló.
“Ellas realizan una tarea importante
explicando a sus maridos, y a otras personas, por
qué no deben usar aparejos de pesca ilegales y
logran que no los usen más. Si un hombre trata de
hacer eso, termina en violencia”.
Pero la participación femenina en las
actividades pesqueras también tiene desventajas
significativas por ser considerada una industria pesada, peligrosa y
sucia.
“Su participación en la pesca significa que
tienen más trabajo”, remarcó Sithirith. “Tienen
que ocuparse de la familia, además de ayudar a sus maridos”.
“Claro que tiene consecuencias negativas”,
como en la salud, sostuvo Chang Kim Hong,
pescadora de la central provincia de Kompong
Thom, quien participó en el seminario de FACT.
“Puede ser peligroso, según el tipo de pesca,
porque ellas no suelen saber advertir el comienzo
de una tormenta o de vientos fuertes, lo que las expone a más riesgos”,
apuntó.
Desde un punto de vista social amplio,
también hay dudas sobre los beneficios de esta
creciente participación femenina.
“Cuánto más pescan, más viajan, lo que
significa que los niños mayores deben ocuparse de
la casa, cuando deberían ir a la escuela”, indicó Chang.
(FIN/IPS/taen-vf-rp/ant/rdr/ap wo dv lb fe/08)